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El mundo está viviendo diversos cambios. Sin embargo uno de los principales hoy en día es la conectividad. A través de un “click” estamos hablando con algún pariente en China, o estamos ubicando algún lugar a través de google earth e incluso conociendo lugares o personas a través de la Red.

El acceso a internet en nuestros celulares o casa es cada vez más fácil. Y aunque si bien esto puede tener aspectos positivos, también puede tener un efecto negativo sobre tod a nivel cerebral en las personas.

Es por esto que muchas universidades, psiquiatras y científicos alrededor del mundo han realizado diversos estudios de los efectos adversos de la incorporación de nuevas tecnologías en nuestras vidas.

Lo importante es que las personas comiencen a tener conciencia de que ya existen y están reconocidas ciertas enfermedades que están relacionadas con las nuevas tecnologías, internet, redes sociales, entre otras.

Muchas de estas enfermedades que se mencionarán a continuación, generan un alto impacto en las relaciones sociales, familiares y afectivas. Es más, el interés es mayor por ver publicaciones, “likes”, videojuegos, entre otros que compartir con los amigos o con la familia.

Dentro de las anteriores podemos nombrar la NOMOFOBIA, término que se deriva de “no” “móvil”, su significado como tal es el “miedo irracional a salir de la casa sin celular”. Esta enfermedad se asocia a que las personas generan una adicción al celular, las cuales sufren y se angustian por no poder tener acceso a su móvil. Los síntomas asociados a la nomofobia van desde sentirse inseguros, incómodos a generar un grave nivel de ansiedad y estrés, junto con sensación de sentirse aislados. Algunas personas pueden experimentar dolor de cabeza o estómago, taquicardia y pensamientos obsesivos.

CIBERCONDRIA, este término se asocia con la hipocondría, donde la persona siente una preocupación constante y se angustia por su estado de salud. Esta enfermedad lleva a la gente, a consultar de manera obsesiva internet para ver a qué se relacionan sus dolencias o sus estados de salud. Muchas veces al investigar en la red acerca de sus afecciones, creen estar seguros de tener alguna de las enfermedades que se relacionan con sus síntomas y se sugestionan estando seguros de que están enfermos.
La cibercondria lleva a que las personas se auto diagnostiquen y se auto mediquen, teniendo fe ciega de lo que leyeron, y esto sí puede ocasionar graves consecuencias por el tema de los fármacos que puedan tomar.

DEPRESIÓN DEL FACEBOOK. En facebook muchas personas buscan tener aprobación social, pertenecer a diversos grupos, identificarse con los pares y participar con los grupos que se dan en él. Sin embargo, cuando esto no sucede o no cumple con las expectativas de las personas, que pueden ser los pre adolescentes y adolescentes también (pocos “likes”, bloqueo de contacto, malos comentarios, malos entendidos, entre otras), la persona puede llegar a deprimirse, a aislarse. Es muy potente lo que una red social puede ocasionar para un adolescente, si este se siente rechazado o marginado de su grupo de pares.

DEPENDENCIA DE INTERNET. Se describe así a la necesidad patológica de estar todo el tiempo conectado a internet u otros aparatos que lo contengan. Esta dependencia afecta de manera importante la vida social y privada de las personas. Acá podemos incluir a las personas que generan una adicción a las compras online, los que juegan videojuegos y a los que participan excesivamente en diversas redes sociales.

Muchas veces esta dependencia genera dolor de cabeza, ojos secos, dolor de espalda, insomnio, mala alimentación, entre otros.

Todas de las enfermedades revisadas anteriormente, generan que las personas se aíslen, necesitando únicamente estar conectados, lo que preocupa mucho en estos tiempos donde todo es instantáneo, todo avanza rápido y donde la calidad familiar y social se va viendo afectada.

¿Cómo podemos prevenir o ayudar a las personas o a nuestros hijos con respecto a este tema?. Psico-educándolos, enseñándoles los pro y los contra de la conectividad, haciéndolos conscientes de lo que se puede generar, trabajando en sus autoestimas y autovaloración. En el caso de los hijos demostremos lo importante que es el tiempo con la familia, el conversar cara a cara, el poder abrazarse, discutir (en un ambiente de respeto).

Si bien la tecnología es algo que avanza rápidamente y es importante que estemos informados, no generemos una dependencia en el día a día de ella.