En vista de que todavía quedan algunos meses para la PSU, intentaremos a través del siguiente artículo, compartir algunos tips que les podrían ser útiles al momento de estudiar y planificar tanto sus horas de estudio como sus horas de descanso, y así llegar mejor preparados a la PSU.

Todos alguna vez hemos experimentado la tensión antes de rendir una prueba. El corazón se acelera, sudan las manos, se hace un nudo en el estómago, entre otros. Si bien es normal sentir esta preocupación, es importante aprender a regularla para que no afecte nuestro desempeño.

¿Qué es la ansiedad?

La ansiedad es una respuesta de anticipación involuntaria del organismo frente a estímulos (externos o internos) y que son percibidos por el individuo como amenazantes y peligrosos. La ansiedad además, nos permite adoptar las medidas necesarias para enfrentar aquellos estímulos que percibimos como amenazantes.

Si analizamos las reacciones más frecuentes que se dan frente a la ansiedad generada por la PSU, encontramos:

  • A nivel cognitivo: podría costarnos más concentrarnos, aprender, retener contenidos o podríamos quedar en blanco.
  • A nivel emocional: podríamos sentir que el corazón nos late más rápido, las manos nos transpiran, estamos más irritables, más sensibles, etc.
  • A nivel físico: podríamos encontrarnos con dolores de estómago, de cabeza, colon irritable, entre otros.

Por tanto, todos estos síntomas podrían servirnos como señales de que algo nos está pasando y que entonces, debemos ocuparnos de ello para que no interfiera de manera negativa en nuestro quehacer.

Vemos entonces que, cierta dosis de ansiedad anticipatoria se produce en casi todas las personas y, de alguna manera, nos ayuda a estar alerta y a rendir mejor ya que nos moviliza a hacer las cosas. Sin embargo, cuando esta respuesta es muy intensa, nos perjudica; nos deja en blanco y hace que centremos nuestra atención en pensamientos negativos, en vez de preocuparnos de las tareas que tenemos que hacer o de la prueba que tenemos que rendir.

¿Qué hacer y qué NO hacer con el estrés o ansiedad?

Debemos:

  • Realizar deportes en la semana y planificar períodos de descanso que nos permitan liberar endorfinas.
  • Aprender algún ejercicio de relajación antes de la prueba, esto nos permitirá calmar nuestra ansiedad ya sea mientras estudio o el día de la PSU.
  • Autoevaluar constantemente su nivel de ansiedad en una escala de 1 a 10 para ir monitoreando cómo me voy sintiendo a medida que se acerca la fecha.
  • Si mi ansiedad ha aumentado significativamente, pedir ayuda.

NO debemos:

  • Nunca automedicarse.
  • Hacer que la PSU se convierta en el único tema con nuestras familias y amigos, por ende, es importante que podamos poner límites al respecto.
  • Tomar decisiones importantes cuando estemos muy encima de la fecha, decisiones como terminar con el pololo.

¿Qué hacer y qué NO hacer con respecto al estudio?

Debemos:

  • Sólo ensayar. Se ha comprobado que es más efectivo dedicarse a hacer ensayos dejando tiempo para corregirlos ya que estos nos orientarán sobre cuáles son mis áreas más débiles, y sólo de esas materias debemos estudiar. No podemos pretender estudiar todo nuevamente, debemos confiar en que ya manejamos muchos contenidos.
  • Realizar una lista de quehaceres diarios (en orden jerárquico) con no más de 6 actividades ya que eso nos permitirá planificar nuestro tiempo de manera más realista y nos brindará una sensación de autoeficacia.
  • Incluir períodos de descanso dentro de nuestra planificación.
  • Identificar qué nos ha servido previamente al momento de estudiar para obtener mejores resultados (formar grupos de estudio, pedir ayuda a otra persona, interrogaciones, etc) y hacer más de eso.
  • Relajarnos el día previo a la PSU y dejar de estudiar. Debemos preparar nuestra mente y nuestro cuerpo para aquel día.

NO debemos:

  • Estudiar hasta último minuto.
  • Salir, trasnochar, consumir drogas ni alcohol al menos las dos semanas previas. Todas estas actividades interfieren con nuestra capacidad de aprender y el cuerpo tarda más de una semana en volver a su estado normal.

Isidora Alastuey Rodríguez
Psicóloga Centro de la Felicidad