Existe diversa literatura que describe el concepto de estimulación temprana, los rangos de edad en la que se debe realizar y quién debe realizarla. Sin embargo, existe un consenso respecto a que en la primera infancia, la familia tiene un rol protagónico en la estimulación de los niños. Estos aportes insustituibles realizados por parte de la familia contribuyen y promueven al desarrollo de los niños en diferentes aristas, tanto del apego, desarrollo del lenguaje, desarrollo cognitivo, desarrollo de relaciones con terceros y de la forma de explorar el mundo.

Es por esto que la estimulación debe realizarse a edades muy tempranas, incluso cuando el niño está en el vientre de su madre, debido a que todos sus sentidos se están desarrollando, por lo tanto cuando estos son estimulados, el niño percibe sensaciones y responde a su manera, al mismo tiempo que se prepara para interactuar con el mundo que lo espera. Desde el momento que nacen, los niños están expuestos constantemente a estímulos de diversos tipos, y uno de estos es el lenguaje.

El lenguaje está presente en todos los aspectos de nuestras vidas, es por esto la importancia de que los niños logren un desarrollo adecuado de éste a las edades esperadas. Para esto, el rol principal lo cumplen los cuidadores, quienes son los encargados de presentarle el mundo al niño, y ¿cómo?
Existen diversas técnicas para estimular el desarrollo del lenguaje de los niños, con hechos tan simples como cantarle, decirle lo que está comiendo, verbalizar las acciones, hacer cambios de entonación, etc. Los niños absorben la información que el mundo les entrega y la imitan, por lo tanto si constantemente acompañamos nuestra rutina con verbalizaciones, estaremos fomentando la comprensión y la posterior expresión del lenguaje.

Es importante que creemos un ambiente que le permita al niño experimentar el lenguaje al imitar sus sonidos y movimientos, darle tiempo para contestar, darle opciones, entregarle ayuda cuando la solicite, modelar sus palabras, presentarle nuevas palabras, darle tiempo para que tome la iniciativa, y sobretodo crearle la necesidad de comunicarse. Esto último es de vital importancia, ya que si el niño no siente la necesidad de utilizar el lenguaje como medio de comunicación, probablemente se comunique a través de gestos o al apuntar. Es por lo que surge la pregunta ¿Estamos estimulando de manera correcta el desarrollo del lenguaje de nuestros hijos?

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