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¿Ha sentido de manera inesperada palpitaciones fuertes? ¿Sensación de ahogo o falta de aire? ¿Mareos o náuseas?, o quizás ¿Temor intenso a perder el control sobre sí mismo o miedo a morir?

Si es así, puede que este experimentando una crisis de pánico. Lo importante es saber que tiene tratamiento.

Pero ¿qué es una crisis de pánico? Según diversos especialistas, es una reacción de ansiedad muy intensa, que va acompañada de una sensación de falta de capacidad para controlar la situación y diversos síntomas que se asocian (ahogo, palpitaciones, mareos, sudoración , entre otros) y en donde la persona esta convencida de que por éstos podría llegar a morir o perder el control sobe sí mismo, incluso podría sufrir un desmayo.

Los ataques de pánico en un principio son difíciles de prevenir, ya que ocurren de manera inesperada y se pueden gatillar de un momento a otro por diversas razones (estrés, ir a un concierto, entrar en un ascensor, etc). Las personas que las han sufrido, saben lo limitante que puede llegar hacer en su vida, tanto así que optan por no realizar las actividades cotidianas que hacían con anterior normalidad, por asociarlas con sensaciones desagradables (andar en micro, subir por ascensor, e incluso ir a trabajar).

Si bien puede existir algún factor hereditario en este trastorno, el estrés, el consumo y abuso de alcohol y drogas, junto con la ingesta exagerada de cafeína pueden provocar una crisis de pánico.

Entre los principales síntomas que el paciente puede sentir se encuentra palpitaciones, taquicardia, sudoración, temblores, sensación de ahogo o falta de aliento, sensación de atragantarse, pecho apretado, náuseas o molestias abdominales, mareo, desmayo, inestabilidad, miedo a perder el control o volverse loco, miedo a morir, parestesias (hormigueo) y escalofríos o sofocaciones.

Existen dos tratamientos para el trastorno de pánico que pueden ser complementarios:

El farmacológico y la terapia psicológica.

La terapia es muy efectiva en este tipo de tratamiento, ya que otorga al paciente diversas herramientas para poder anticipar y controlar dichas crisis, que son muy limitantes en la vida de las personas. Con la terapia se le ayudará al paciente a manejar y reducir la ansiedad, aprender a reconocer y así reducir los síntomas físicos asociados a cada caso, reducir el estrés, trabajar en la ansiedad anticipatoria, de tal manera que el paciente retome poco a poco su vida cotidiana.
Si usted tiene alguno de los síntomas anteriores o cree que sufre de crisis de pánico, acá les dejamos algunos tips de cómo puede ayudarse durante la crisis.

Respire profundamente, inhalando y exhalando lentamente, piense que la crisis de pánico tiene un tiempo de duración y que va a ir disminuyendo con los minutos. Centre su mente en otros estímulos que estén alrededor suyo (colores, personas, etc). Si se siente ahogado alejese de las aglomeraciones y busque un lugar donde se sienta más tranquilo. Ponga atención en las sensaciones que tiene, en su cuerpo, en sus síntomas y no pelee contra ese miedo o temor, porque va a pasar.

Si bien el trastorno de pánico es limitante en la vida de las personas que lo sufren y se requiere de apoyo tanto a nivel psicológico como familiar y en algunos casos farmacológico, las personas pueden salir adelante, aprender a reconocer una crisis, los síntomas asociados y realizar una vida normal.

Carolina Baar
Psicóloga Centro de la Felicidad